· En las TIC hace falta: que el hombre sea más consciente de que las mujeres pueden tener los mismos logros, y que las mujeres se quiten de la cabeza la idea de que se trata de carreras para hombres.
Es egresada de la carrera de Ciencias de la Informática, del Instituto Politécnico Nacional. Tiene más de 20 años de experiencia en la industria de las TIC. Es Directora General de BrainUp Systems y vicepresidenta y miembro de Consejo de la AMITI, además de presidenta del Consejo de Administración de Prosoftware. Ella es ejemplo de que la tenacidad y el cambio de paradigmas nada tiene que ver con el género.
¿Cómo fue tu desarrollo en la industria de las TIC desde que elegiste estudiar una carrera universitaria en tecnología, sobre todo en un momento en el que era “espacio de hombres”?
Siempre fue un camino lleno de obstáculos y retos. Elegí una carrera de tecnología en el Politécnico más que por conocimiento de la materia, por el consejo de un tío que me habló del futuro de esa profesión y el porvenir que tenía.
Mi familia era muy conservadora, así que un día mis papás hablaron con mi hermana y conmigo y nos dijeron que darían todo el apoyo a mi hermano para entrar a la universidad privada, porque en el futuro el sería jefe de familia, mientras que nosotras nos convertiríamos en amas de casa y nos mantendrían. Así que estudiar para nosotras era sólo una opción. Afortunadamente las dos decidimos hacerlo.
Vives con esos paradigmas, por eso más adelante, cuando me casé, pensaba en dejar de trabajar y dedicarme a la educación de mi hijo. Pero la vida tenía otros planes. Sucedió que mi primer bebé murió, fue tan duro el golpe que ahora puedo asegurar que sin el apoyo de mi familia y el trabajo, no hubiera podido soportar eso. A partir de ese evento me dije “¡no vuelvo a dejar mi trabajo nunca!”
No es fácil ni lo será llevar una familia y una carrera. Siempre habrá cuestiones que te hacen dudar de si estás haciendo lo correcto en trabajar, tener a tu familia. Sobre todo cuando tu hijo se enferma y al mismo tiempo tienes que atender algo de la oficina. En ese momento tienes que decidirlo. Tienes que explicar y compensar con tiempo. Como mujeres tenemos el compromiso de “compensar” con tiempo. Pero al final es tan reconfortante sentir tus propios logros, no los de tu hijo o los de tu esposo… ¡es plenitud que se siente reflejada con tu familia!
¿Cuál ha sido el apoyo de tu esposo?
Mucho. Al principio a su manera, y lo digo así porque veía mi empresa como una distracción y más porque casi no recibía ganancias. Dejé mi trabajo formal para apostar todo a un proyecto en el que había que reinvertir casi todo lo ganado en equipo. Tuve su apoyo económico, que fue fundamental para continuar. Curiosamente, cuando él se enferma se da cuenta que la empresa no era un juego, que no sólo habíamos crecido como tal, sino que mi ingreso superaba al que tenía. Eso nos demostró a ambos que los papeles de hombre y mujer en la familia no son algo fijo y tienen que ser más flexibles. Finalmente se dio cuenta que era un proyecto de vida, no un juego.
¿Crees que esta experiencia con tu esposo sea común entre las mujeres que se desempeñan en la industria?
Desgraciadamente no, hace falta sobre todo que el hombre sea más consciente que podemos tener los mismos logros, o quizás mayores de lo que ellos pueden tener. Esto no quiere decir que tengan más o menos posibilidades, pero si están en igualdad de condiciones ambos pueden lograr lo que se propongan, siempre y cuando ambos quieran lograrlo.
El número de mujeres que eligen una carrera tecnológica ha aumentado. ¿Crees que es suficiente?
Está cambiando, pero no en la proporción que debería. Noto que la participación de las mujeres es mayor que cuando yo estaba en la escuela, pero hace falta más participación, sobre todo quitarnos de la cabeza [las mujeres] los paradigmas que se trata de carreras para hombres.
Y más ahora porque las TIC han demostrado que te abren camino para estudiar o crear tu propio negocio, trabajar desde casa y ser productivo sin descuidar a tus hijos. Ya no es como antes que tenías que estar en la oficina. Por ejemplo, en BrainUp Systems, las mujeres trabajan desde casa cuando tienen a sus bebés y no dejan de ser productivas. Una carrera tecnológica te permite combinar la vida profesional y familiar, armonizarla.
¿Qué opinas acerca de la frase: “El empoderamiento de la mujer, también es cosa de hombres”?
Seguro. Yo veo que aquí tenemos que trabajar los dos y no es porque alguien tengan más capacidad que el otro, es un reconocimiento: la mujer también puede tener logros importantes.
¿Tuviste que luchar por un espacio para ser presidenta de Prosoftware y vicepresidenta de AMITI?
Nunca han cuestionado mi trabajo por ser mujer. En Prosoftware me tocó presentar el proyecto, hacerlo viable e iniciarlo. No fue una lucha de género, al contrario, tuve un gran apoyo de todos.
Igual sucedió en la AMITI, especialmente agradezco a Javier Allard, porque han valorado mi trabajo. Ha sido muy importante para mí y nunca he sido relegada o han cuestionado mi papel. Actualmente soy la única mujer en el Consejo de la AMITI, estoy orgullosa de eso porque también debemos atrevernos a ocupar puestos de alto rango.
¿Qué les recomiendas a las mujeres que quieran estudiar una carrera tecnológica?
Primero, que se decidan. Que investiguen muy bien las enormes posibilidades que las TIC nos pueden ofrecer para trabajar en casa, emprender un negocio propio como fue mi caso, o incursionar en una empresa y aprender una manera ordenada y eficiente de trabajar como me pasó cuando trabajé para Xerox o Hewlett Packard. El camino es largo y accidentado, pero lleno de satisfacción personal.
“Las TIC han demostrado que abren camino para estudiar o crear tu propio negocio, trabajar desde casa y ser productivo sin descuidar a tus hijos.”
Entrevista por: Ignacio Gallegos
Edición: Ana María Cadena
Publicada en la Revista; Development Magazine